Como he mencionado en otras entradas del Blog, la Felicidad se basa en entrar en armonía con cuanto nos rodea. Es por ello importante tomar conciencia plena del presente. Se torna imprescindible alejarnos de temores pasados o pensamientos inciertos acerca del futuro.
Para alcanzar este estado es necesario, en primera instancia, sentirnos relajados. Es imposible ser feliz en un estado nervioso. Por ello, a continuación voy a exponer una técnica sencilla de relajación:
- Túmbate con la boca hacia arriba sobre la cama o una superficie agradable. Asegúrate de que la habitación tenga una temperatura cálida y no existan ruidos estridentes. Puedes poner música relajante de fondo.
- Dobla las rodillas y posa las plantas de los pies. Intenta acercar los pies a las nalgas sin despegarlas de la cama. Mantén las rodillas y los pies juntos.
- Haz tres inspiraciones profundas y relaja todo el cuerpo. Inspira por la nariz y expira por la boca.
- Siente tu cuerpo pesado e imagina que caes al vacío.
- Coloca tu lengua como si pronunciaras la letra "D". Esto relajará tu mandíbula.
- Inspira por la nariz e imagina que el aire entra fresco y de color azul. Expira por la boca y tiñe el aire de color rojo.
- Ahora fija un punto en tu rostro entre tus dos ojos. Justo por encima de tu nariz. Centra toda tu atención en ese punto. Vamos a estimular tu glándula pituitaria de este modo. Cuando inspires imagina ese punto de color azul y siente una ligera sensación de frío en dicho punto. Al soltar el aire, el punto se torna rojo y la sensación es de calor.
- Si los nervios hubieran afectado a tu estómago, podrás percibir ciertos ruidos en su interior. Esto se debe a la relajación tras una sobreexcitación del plexo solar, un área nerviosa situada justo detrás del estómago.
Si los gatos han aprendido que ronronear les relaja y lo practican a menudo, ¿por qué no dedicar 10-15 minutos diarios de relajación?
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