jueves, 17 de diciembre de 2009

¿Cómo controlar el estrés?

Nuestro cerebro es un excelente detector de enemigos. Catalogar los individuos o situaciones como peligrosas es una de las funciones elementales que lleva a cabo. El peso de la evolución ha determinado que así sea, pues sin esta elemental característica nos habríamos extinguido hace tiempo. Su función no es buscar la verdad, sino garantizar nuestra supervivencia.

El estrés es una reacción generada en nuestro cerebro cuando éste determina que nos hallamos en peligro. Las respuestas de nuestro organismo frente al estrés depende de cada individuo. Sin embargo, serán iguales para éste, ya se trate de un peligro real o de uno imaginario. Me explico con un ejemplo: una respuesta de lucha/huida es válida cuando se nos aparece enfrente un león, pero no lo es cuando nos acordamos de la hipoteca...


El estrés aumenta debido a 4 factores:
  • Novedad - Las situaciones novedosas pueden ser peligrosas, es por ésto que aumente nuestro estrés.
  • Impredecibilidad - Cuando surgen situaciones que no esperamos o cuando los acontecimientos no responden al ritmo que esperábamos, aumentan nuestras respuestas de estrés.
  • Carencia de Control - Cuando nos sentimos desbordados por los acontecimientos, también se liberan hormonas del estrés a nuestro torrente sanguíneo.
  • Situación Amenazante - Siempre que estamos frente a un peligro, nuestro organismo requiere de la respuesta de lucha/huida que nos garantiza el estrés.
Atendiendo a las 4 características estudiadas científicamente como los principales factores de estrés, no es difícil pensar que el estrés crónico no depende de "la falta de tiempo" como muchos piensan. Así pues existen factores externos vistos como amenazas que pueden aumentar nuestros niveles de estrés, pero fundamentalmente los patrones que dictaminen si sufrimos o no de estrés serán internos. Es decir, cómo respondemos a las novedades, a la impredicibilidad, la ausencia de control o las situaciones amenazantes.

En primer lugar, debemos comprender que el estrés es algo necesario, puesto que si no tuviésemos ninguna respuesta frente a posibles amenazas estaríamos muertos. Ahora bien, es necesario controlar los niveles de estrés en nuestro organismo, ya que niveles altos de ansiedad aceleran nuestro sistema simpático, postergando operaciones como la digestión o la fabricación de defensas.

En segundo lugar, habría distinguir entre un factor estresante absoluto y un factor estresante relativo. Mientras que el primero era el rutinario en la prehistoria, que requería de situaciones de vida o muerte en las que la solución de lucha/huida era la mejor posible; en el segundo, en el de factores estresantes relativos, no se requieren de respuestas tan extremas, sino que soluciones las sosegadas y meditadas suelen funcionar mejor. Hoy en día estamos expuestos a factores relativos y sin embargo en muchos casos desencadenamos respuestas para factores absolutos. En esta situación no estamos dando una solución óptima. Así pues debemos atenuar la posibilidad de desbordamiento que sucede cuando entramos en un círculo acumulativo de estrés: una situación complicada nos genera estrés y nos preocupamos por el propio estrés sufrido. De este modo lejos de controlarlo, nuestro organismo genera más cortisol (hormona del estrés).

¿Por qué hoy en día más personas sufren de estrés si existen menos peligros? Obviamente hoy en día no nos exponemos a situaciones que pongan en peligro nuestra supervivencia tal y como les sucedía a nuestros antepasados. Sin embargo, paradójicamente, hoy existen más personas que sufren de estrés crónico. Esto es debido a que nuestra sociedad está perfectamente organizada y cuando existe un sólo factor que se salga de la norma nos llama mucho más la atención que si viviéramos dentro del caos. Es como cuando observamos en un montón de bolígrafos azules uno rojo. Si los bolígafos están ordenados nos llamará mucho más la atención el rojo que si están desordenados.
Otro problema derivado del citado es que al habituarnos a este sistema organizado, nuestro umbral de estrés disminuye, por lo que frente a una situación poco amenazante, desatamos respuestas exageradas.

Síntomas
El primer síntoma del estrés son problemas gastrointestinales y/o pequeños resfriados debidos a un mala regeneración de nuestro sistema inmunitario.
En segundo lugar, nuestro organismos nos dice "necesito algo bueno" tal como chocolate, alcohol,... o cualquier otro atenuante de nuestro estado de excitabilidad.
Por último, una situación de estrés crónico puede abocar a la depresión, irascibilidad, cansancio extremo, apatía,... Está claro que un exceso de estrés jamás nos llevará a la felicidad.

Soluciones
Mientras que existe una hormona que aumenta el estrés (el cortisol) también existe una hormona que disminuye nuestro estrés: la oxitocina. Mientras que el cortisol aumenta nuestra hostilidad, la oxitocina aumenta nuestra comodidad. Una buena práctica de generar oxitocina es el contacto tal como masajes o caricias, el ejercicio físico, la risa, el apoyo social,...

A nivel personal, se me ocurre decir que un nivel equilibrado de estrés nos conduce al estado de flujo, estado en el que nuestro cerebro funciona a pleno rendimiento y nos sentimos felices, mientras que un extremado nivel de estrés nos aboca al secuestro emocional, donde no somos conscientes de nuestros actos. Por último estarían los niveles de estrés muy muy bajos, que nos conducen a un estado de inactividad vegetativo alejado de la felicidad.

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